sábado, 13 de febrero de 2010

Os Mutantes

Psicodelia y Caipiriñas

Os Mutantes o en español: Los Mutantes, es un nombre cuyo desglose conceptual podría dejar entrever las cavilaciones que por 1966, probablemente debió encabezar Rita Lee hasta dar finalemente con el nombre definitivo de la banda. Ésto ya que la metamorfosis musical que sufre la Tropicalia brasileña al ser mezclada con psicodelia, rock anglosajón y música docta, nos da pie para entender que las creaciones del trío al cual rindo todos mis honores, es la consecuencia de una absoluta mutación genética en el ADN de estos géneros musicales.
En sus discos podemos saborear e identificar en el mismo bocado los más diversos sonidos yuxtapuestos y superpuestos. Sin embargo la mezcla no es homogénea, ya que más bien conforma un pastiche musical donde el híbrido resultante pretende nunca pasar desapercibido.
Al mismo tiempo pareciera que el dominio de diversos de estilos fuese logrado con tal naturalidad que quisieran jactarse de de su impecable interpretación musical y vocal interpelando sus armónicas melodías con sonidos extraños, grotescos, circenses y absolutamente inesperados. Descolocan así nuestro deleite estético al mezclar bellas composiciones - como en la canción Baby- con sonidos provenientes de los más oscuros resquicios creativos, botándonos de esa cómoda nube de convenciones tonales y desacralizando de golpe el virtuosismo musical.

Con este mismo desparpajo se instalan a punta de tambores y cantos de influencia ritualística con la canción Bat Macumba, en el 3° disco del compilado garagero Nuggets II: Original Artyfacts from the British Empire & Beyond (secuela internacionalizada del primer Nugget). Y así entre diversas bandas y al margen de una sobredosis de efecto Fuzz, Brasil se consagra con una de las más influyentes bandas sudamericanas de la psicodelia y de la música en general.

Ante tanta superposición, mezcla y bienvenido derroche sonoro, más vale comenzar desde el comienzo para evitar confusión, por lo que dejo a libre acceso del lector el primer y perfectísimo disco homónimo del año 1968 de Os Mutantes.

Para meus meninas e meninos, Os Mutantes aqui

martes, 20 de enero de 2009

miércoles, 17 de diciembre de 2008

The Action!

Rescatados de las aguas...

En un capítulo más de los caprichos e ironías de la maquinaria musical, The Action debe hoy agradecer su trascendencia a dos personajes claves en su historia.

Rescatados por el mismísimo George Martin a mediados de los 60, The Boys (más conocidos desde 1965 como The Action), destacaron como muchas bandas de la época versionando clásicos del soul y el R&B. No obstante, a pesar de ser producidos por Martin, es evidente que su fama nunca alcanzó ni a pisarle los talones a los Fab four. Y lamentablemente para ellos (y afortunadamente para nosotros), su apreciable calidad musical no fue suficiente para saltar de los clubes nocturnos mods a las letras doradas de los UK Singles Charts.

A finales de los 70 otro personaje clave viene a salvar a Reg King y su grupo. Es San Paul Weller quien esta vez se encargó de hacer justicia divina con una revaloración de la banda que culminaría con el disco recopilatorio que aquí os presento: The Ultimate Action.

No hay un orden cronológico que estructure este disco y los covers de los primeros años se entremezclan con las propias creaciones de la banda sin problemas. Podemos encontrar así versiones para bailar apretaditos como Just Once in my life de los Righteous Brothers, pero con kilos y kilos más de fuerza y onda que la original de los "Hermanos Correctos". Así mismo, pueden alardear de su emancipación de la influencia Tamla Motown con canciones propias como Never Ever y Shadows and Reflections, esta última con notables arreglos de influencia Pop Barroco y ya bastante alejados del R&B.

Si me preguntan cuál es el sello característico de The Action, más que la nasal y soulerísima voz de Reg King y las intervenciones en guitarra de doce cuerdas, es sin duda los arreglos corales que abundan en cada canción. Action es una de las máximas expresiones del paparapapapaaa, uuuuuuu, dudududuu, tutururuuu, paupauuuu, cantados casi siempre con falsetes y en dos a tres voces.

Hoy en día Action goza del escurridizo reconocimiento que en varias ocasiones se le negó, llegando incluso a ser considerada por algunos como la mejor banda sixties/mod. De acuerdo o no con esta premisa, seré ahora la tercera pieza clave en la historia del quinteto invitándolos a hacer el Harlem Shuffle con uno de mis discos recopilatorios del momento.


uuuuuuu, tutururuuu, paupauuuu aquí

martes, 16 de diciembre de 2008

Odessey and Oracle

El hijo no reconocido del LSD

La primera vez que oí el nombre The Zombies, me imaginé a unos chascones de lengua bífida desentonando desde la garganta canciones de líricas ininteligibles. Sorpresa cuando me tropiezo con Care of the Cell, una de las canciones más alegres que he oído en mis cortos 26 años, con unos coros que te dan ganas de correr a saltitos por una pradera. Luego un piano, una voz y…A Rose for Emily... Una Rosa para Emily!!! ... Y yo que pensaba que era una banda de rock con olor a azufre.

Dejo de lado mi anécdota personal para asegurarles que este es uno de aquellos, bastante escasos, discos redonditos. Una sucesión de creaciones musicales donde nada falla y cada canción que suena es un perfecto complemento de la anterior. Puedes sentarte a escuchar Odessey and Oracle sin preocuparte de tener a mano el control remoto (o el mouse) para adelantar el track, o temblar ante la idea de que se te aparezca de golpe un Ob-La-di Ob-la-da que acabe con la inspiración y sublimidad del momento, tan finamente hilado, nota a nota.

Lo que me gusta de este disco es que si bien se inserta plenamente en la psicodelia británica, más cercana al pop que su par norteamericana; el beat de She's Not There continúa en este disco, tiñendo de grisáceo corte inglés los lisérgicos colores de esta nueva etapa musical.

Sin justificar su poca trascendencia en los almanaques más mediáticos de la historia musical, caeré en terreno común al rescatar ecos de Beach Boys en los arreglos instrumentales y vocales, y de los primeros flirteos psicodélicos pinkfloyescos. Pero por favor olvidemos un rato Pet Sounds y The Piper at the Gates of Dawn para absorber este barroquismo musical, sin prejuicios ante el uso y abuso de armonías vocales, incansables intervenciones de hammond, arpegios, floreos y todo un sinfín de zalamerías musicales tan bien logradas y combinadas por estos (cuéntate una nueva) ingleses.

En este punto, estaría de más exaltar con palabras alguna canción en particular, porque, como dije anteriormente, gran parte de la fuerza del Odessey and Oracle radica precisamente en la coherencia de la compilación. Por lo tanto desmembrarlo en 12 temas aislados sería quitarles parte de su encanto.

Sin más palabras, acomódense tranquilamente, pongan a correr el LP3 y dejen que Zombies los traslade a la época de las estaciones.

Lp3 aquí