martes, 16 de diciembre de 2008

Odessey and Oracle

El hijo no reconocido del LSD

La primera vez que oí el nombre The Zombies, me imaginé a unos chascones de lengua bífida desentonando desde la garganta canciones de líricas ininteligibles. Sorpresa cuando me tropiezo con Care of the Cell, una de las canciones más alegres que he oído en mis cortos 26 años, con unos coros que te dan ganas de correr a saltitos por una pradera. Luego un piano, una voz y…A Rose for Emily... Una Rosa para Emily!!! ... Y yo que pensaba que era una banda de rock con olor a azufre.

Dejo de lado mi anécdota personal para asegurarles que este es uno de aquellos, bastante escasos, discos redonditos. Una sucesión de creaciones musicales donde nada falla y cada canción que suena es un perfecto complemento de la anterior. Puedes sentarte a escuchar Odessey and Oracle sin preocuparte de tener a mano el control remoto (o el mouse) para adelantar el track, o temblar ante la idea de que se te aparezca de golpe un Ob-La-di Ob-la-da que acabe con la inspiración y sublimidad del momento, tan finamente hilado, nota a nota.

Lo que me gusta de este disco es que si bien se inserta plenamente en la psicodelia británica, más cercana al pop que su par norteamericana; el beat de She's Not There continúa en este disco, tiñendo de grisáceo corte inglés los lisérgicos colores de esta nueva etapa musical.

Sin justificar su poca trascendencia en los almanaques más mediáticos de la historia musical, caeré en terreno común al rescatar ecos de Beach Boys en los arreglos instrumentales y vocales, y de los primeros flirteos psicodélicos pinkfloyescos. Pero por favor olvidemos un rato Pet Sounds y The Piper at the Gates of Dawn para absorber este barroquismo musical, sin prejuicios ante el uso y abuso de armonías vocales, incansables intervenciones de hammond, arpegios, floreos y todo un sinfín de zalamerías musicales tan bien logradas y combinadas por estos (cuéntate una nueva) ingleses.

En este punto, estaría de más exaltar con palabras alguna canción en particular, porque, como dije anteriormente, gran parte de la fuerza del Odessey and Oracle radica precisamente en la coherencia de la compilación. Por lo tanto desmembrarlo en 12 temas aislados sería quitarles parte de su encanto.

Sin más palabras, acomódense tranquilamente, pongan a correr el LP3 y dejen que Zombies los traslade a la época de las estaciones.

Lp3 aquí

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